Soy mujer, tengo un cuerpo admirable a través del cual mis células hablan de mí, de todo lo que llevo dentro.

Creo que conozco mi cuerpo pero ¿es verdad? ¿Cuándo me detengo a sentirlo? ¿Qué pienso de él? ¿Cómo lo cuido?

Ilustración: «Mi precioso cuerpo». Acrílico sobre papel hecho con amor por Elena Caballero.

El cuerpo de una mujer es su bien más preciado, es único, extraordinario, porque en él ocurre la vida. Aceptar y amar nuestro cuerpo es una garantía de paz y de gozo. Los clichés de esta sociedad, las comparaciones o etiquetas nos despojan de nuestro poder. Mirarse a una misma con amor es el antídoto.

Ahora toca sacar de la mente las viejas creencias y los mensajes castrantes. Es el primer paso para sanar la desconexión de mi cuerpo: volver a entrar en él y explorarlo. Sin juicios. Un cuerpo se habita pensándolo, sintiéndolo, pues la energía sigue a la intención. Pongamos la intención en esa tarea y los cambios no tardarán en llegar. Ese es el objetivo del proyecto de autoconocimiento Cuerpo de Mujer que he realizado con todo el deseo de alegrar la mirada sobre mí misma.

Te propongo un reto: ponte delante del espejo y agradécele a tu cuerpo todo lo que ha hecho por ti. Puedes escribir esta frase en un papel y pegarlo en el espejo: “Me acepto, incondicionalmente. Ahora”.

Luego, deja de mirarte y empieza a sentirte.

 

¿Qué pasaría si te aceptaras por completo?

 

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