En estos tiempos de solsticio se encienden las hogueras en el planeta. Recuerdan esa misión ancestral de la Antigüedad que decía Jung de mantener siempre avivado el fuego sagrado, ya que ello era símbolo de la vitalidad y la fuerza.
En el caso del hemisferio norte en el que vivo, esa vitalidad y fuerza del fuego es lo que a mí me inspira el verano. El fuego siempre se ha idolatrado como la divinidad, pues se pensaba que era la total personificación del espléndido sol sobre la tierra y actualmente los mensajes del fuego a las mujeres sabias de los Andes dicen que hablar con el fuego es parte, cada vez más, de un camino sagrado de sanación y de comprensión profunda. Por tanto, son tiempos importantes para encontrarse alrededor del fuego, en el que podemos cantarle en círculo todas las mujeres.
Existen muchos ritos en los que las antorchas, fogatas y cenizas se utilizan para purificar y favorecer el bienestar de los congregados. En las hogueras de la Noche de San Juan, que este año han estado prohibidas en la mayor parte de España por el tema de COVID19, son el símbolo de asegurar el dominio de la luz sobre las tinieblas, el triunfo del bien sobre el mal y eliminar lo negativo.
Que tus llamas, abuelo Fuego, nos ayuden en el camino a transformar nuestras negatividades y miedos en sabiduría y alegría de vivir, que hacen falta para este nuevo tiempo!
Y tú, ¿qué has soltado en el corazón de la llama este año para aligerarte y quererte más?
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